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Sobre China y otras lindezas

El grafiti es un proceso, como La Calle misma. Grafiti del grafitero Pastron#7

 

“Calle”, grafiti de Pastron#7 en Duran Gallery habla de la libertad, en el lugar Where the streets have no name, la canción de U2.

Las palabras y las cosas pierden y ganan significado con el tiempo. A día de hoy, vivimos pendientes de poder salir a la calle, y si salimos, también vivimos pendientes de cómo salimos. Cobra sentido, por ello, el significado de calle tal y como lo recogió Juan Hidalgo en 1779 en su Vocabulario de Germanía. En esa lengua de delincuentes, Calle es Libertad.

Pastron#7 dice que pintó CALLE porque en el mundo del grafiti siempre se habla de street, street art por aquí, street artist por allá, y demás. Así que eligió la palabra en español, en protesta por el predominio del inglés en las artes, y en otras áreas.

“La calle decimos ser del rey, y así a ninguno se le puede vedar el pasar por ella, salvo cuando es en perjuicio de los vecinos” –anotó Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua Castellana (1611).

Hoy, más que nunca, cobra también sentido ese lugar, al que hacía referencia la canción, Donde las calles no tienen nombre (Where the streets have no name¬ –U2), y donde se entiende, que lo más importante es la calle, cualquier calle, sólo la calle, que brota de la ciudad, como en este grafiti, proclamando su libertad.

En el video leo el poema La calle de mi libro Grafitis del mundo, premiado por la editorial  Cuadernos de Laberinto.

P.S: Este grafiti se encuentra en Durán online Gallery de arte actual, a cura de Consuelo Durán. Para la lengua de Germanía, ese argot de cárceles y delincuentes, vale la pena leer El habla de un bravo del siglo XVII, discurso de Arturo Pérez-Reverte de ingreso en la Real Academia de la Lengua Española.

L a Calle

Nueva York, 10 de septiembre de 2015

«La calle me la pone dura. El arte está en la calle. Claro que sí. Pero no es por lo que
cualquier gilipollas piensa.
No es por lo que cualquier gilipollas pinta. Claro que no.
El arte no es nada. Hay que llegar al mundo. Comerse la calle. La calle es la historia.
Y luego tú vas y pintas. Trincas lo que puedes. Lo que oyes. Lo que ves.
Le das forma y te haces tu hamburguesa, con todo, patatas fritas congeladas incluidas,
Y mucho ketchup, y mostaza y algo de eso que llamas arte.
No te atribuyas nada. La calle es la puta obra de arte. Me río de que el arte la gobierna.
¡A ver gilipollas si crees que eres más grande que la calle, cuando el mundo está en ella!
¡Serás capaz! Lo sé.
Cómete la hamburguesa y cepíllate bien los dientes,
si no te va a cantar el arte.
Eres así de mierda» —dixit
el Hoplita de la Calle, en Kent, entre North 7 y North 6.

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