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Sobre China y otras lindezas

 

Una mirada al grafitero francés Combo, que ya en 2012 irrumpió en la escena artística internacional, dañando según algunos la imagen del made in China. Sin embargo, fue a principios de 2015, cuando su nombre dio la vuelta al mundo al dañar, según otros, la imagen del made in God.

Combo es el nom de plume de un joven artista francés que ya en 2012 irrumpió en la escena artística internacional, dañando según algunos la imagen del made in China, cuando cubrió la ciudad de Honk-Kong de anuncios de Google prohibidos por el partido comunista chino. Sin embargo, fue a principios de 2015, cuando su nombre dio la vuelta al mundo al dañar según otros la imagen del made in God.

Combo se retrató en chilaba y luego pegó en un muro de la Porte Dorée su retrato junto a la palabra “coexistir”, escribiendo la “c” con el cuarto creciente que simboliza el Islam, la “x” con la estrella de David, y la “t” con la cruz cristiana. Quedando más o menos así:

Coexit textEl resultado fue que cuatro jóvenes, sobre cuya identidad Combo no ha querido revelar nada para no echar más leña al fuego, le propinaron una paliza por no acceder a borrar el grafiti, que le causó una baja laboral de una semana. “De pie. No temo a nadie. No temo a nada”, reza su perfil de twitter.

Combo, que está atento a los detalles, y que dice que sus obras están hechas para sorprender y encontrarlas donde no debieran estar, pintó el grafiti que aparece en la imagen en la plaza Émile Goudeau. Goudeau fue el fundador del movimiento poético de los hidrópatas, que tenía como objetivo propagar la poesía, como Combo propaga el arte. Tampoco Combo habrá dejado pasar por alto que los hidrópatas adoptaron tal nombre por su fobia al agua y afición al vino. Otros dicen que lo hicieron por hacer un juego de palabras con el nombre del fundador del movimiento Goudeau, es decir, goût d’eau, gusto por el agua, en francés.

Combo es de padre libanés cristiano y de madre marroquí musulmana, pero él no es religioso. Sin embargo, las crisis identitarias provocadas por el atentado contra la revista Charlie Hebdo han hecho tanto que cualquier matiz sea imposible, como que se obligue a la gente a tomar partido. Así que cuando Combo escribió en Chatelet “¿Sabéis que los musulmanes terminan sus oraciones con amen, como los judíos y los cristianos?”, le increparon diciéndole que por qué no escribía Je suis Charlie. Se me antoja que Combo quiere ser simplemente francés, artista, él, y que nadie le obligue a elegir entre dos aguas, a cada cual más turbia.(1)

Por razones desconocidas el mundo se está quedando sin lugares en los que la coexistencia es la clave. Uno de esos lugares excepcionales es el Monasterio Suspendido (Templo de Xuankong 悬空寺en caracters simplificados; 懸空寺 en caracteres tradicionales), en la provincia de Shanxi, China. Construido hace 1500 años, el templo es notorio no sólo por su localización geográfica en un escarpado precipicio, sino también porque es el único templo existente dedicado al culto de las tres religiones chinas: Budismo, Taoísmo, y Confucionismo. El 10 de diciembre de 2010 fue declarado por la revista Time Magazine como uno de los templos más peligrosos. ¡Si tienes tiempo, bien vale una visita!!!

made in god - monasterio


(1) La fotografía del grafiti Made in God la tomé en París, el 3 de junio de 2015 en la plaza Émile Goudeau. No sé si todavía el grafiti sigue ahí. ¡Dios lo sabe! No he tenido la oportunidad de conocer a Combo. Las declaraciones de Combo están tomadas del artículo de Laurent Carpentier, publicado en Le Monde el 4 de febrero de 2015.

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