Las restricciones tecnológicas se han convertido ensobre estímulo innovativo, produciendo resultados récord, parecidos a los producidos por el «dopping».

El presidente Xi viajó a Europa, y recordó de alguna manera a la canción del Che Guevara.

Los humanos vivimos en una cegante polvareda, como insectos en un cuenco. Todo el día nos pasamos dando vueltas, sin conseguir salir del cuenco…
En el 2022, algunas cosas se repetirán. Xi Jinping será reelegido por tercera vez, y el nacionalismo político, de mercado, y de todo orden, seguirá pegado a nuestros talones.
En el 2022, algunas cosas se repetirán. Xi Jinping será reelegido por tercera vez, y el nacionalismo político, de mercado, y de todo orden, seguirá pegado a nuestros talones.
El año del buey
Según la astrología china, y otras astrologías, el destino de una persona está directamente relacionado con la posición de los planetas, en el momento de su nacimiento. Los astrólogos chinos, observando la órbita de Júpiter alrededor del sol, la dividieron en 12 secciones, correspondientes a 12 años, nombrados cada uno con el nombre de un animal.
En este magnífico libro El sombrero de Vermeer el sinólogo Timothy Brook (nombre chino 卜正民) ejecuta un fantástico e inusual trabajo de investigación, porque en vez de centrarse en la belleza y perfección técnica de los cuadros de Vermeer, o en los múltiples enigmas de su vida personal, o en cómo uno de los más grandes pintores de la historia sólo empezó a ser reconocido póstumamente dos siglos después de su muerte, a través de los elogios que le prodigó el crítico de arte francés Théophile Thoré, lo que hace -como decía- es realizar un concienzudo análisis de los objetos que aparecen en 5 de sus cuadros, para mostrarnos las interconexiones del comercio internacional en el siglo XVII entre China y Occidente, en las que la pequeña ciudad natal de Vermeer, Delft, adquiere un protagonismo hasta hace poco desconocido.
Para ello, lo primero que hace Brook es dinamitar el más común de nuestros hábitos a la hora de mirar un cuadro. Así, señala que debemos de dejar de considerar los cuadros como ventanas abiertas directamente a otros tiempos y lugares. Es una cautivadora ilusión pensar que los cuadros de Vermeer son imágenes directamente sacadas de la vida en Delft en el siglo XVII. Los cuadros -concluye- no son «tomados», como las fotos, sino que son «elaborados», cuidadosa y deliberadamente, no para mostrar una realidad objetiva, si no para presentar un determinado escenario. Analizando con esmero los escenarios que Vermeer nos muestra en sus cuadros, Brook traza un completo cuadro, o mapa, del mundo de la época.
Para estos días en los que tanto hablamos de globalización, de China, y demás, El sombrero de Vermeer ofrece una perspectiva del mundo sumamente estimulante y cosmopolita.
Story based on a graffito photographed in Beijing´s 798 art district. “However bad things may seem, if you’re positive, you’ll feel like Cleopatra, even without high heels or anything… –says Marina”.